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  • Última actualización 2024-04-19 14:16:36

Desmovilizados ayudan a ubicar a hijos de sus victimas

Villavicencio.- La Unidad de justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación, ha logrado identificar y ubicar a varios hijos de las victimas de los "paramilitares".

La labor ha sido posible por la información de los desmovilizados y hasta ex mafiosos que terminaron en las AUC, indican los informes.

Uno de los casos es el de Jacinto Ducuara, quien supo que tenía que dejar de buscar a su hijo Carlos y a su nuera, Zenaida, cuando José Baldomero Linares, uno de los jefes de los 'paras' en Meta y Vichada, confesó que los dos fueron asesinados y arrojados a un río el 5 de febrero del 2000.

Fue en una audiencia de Justicia y Paz, el año pasado. Jacinto, un hombre humilde, incluso le dio gracias a Dios por poder confirmar, por fin, la tragedia que con su familia intuía hace una década. Pero luego le soltó a Linares, que en el Llano era conocido como el "Guillermo Torres" o 'Colorado', una pregunta que puso en marcha una investigación que hoy la Fiscalía considera emblemática: "¿Qué hicieron con mi nieto?"

Se llamaba Yeison y tenía 1 año y 8 meses cuando sus padres lo llevaron a un fatídico viaje de puente del que no volvieron, ni tampoco los otros dos adultos que los acompañaban. Y casi 10 años después, los fiscales lo encontraron en un barrio de Bogotá con otro nombre y otra vida.

La desaparición de los Ducuara Díaz fue noticia en varios medios hace 10 años. Y en todo este tiempo la familia no dejó de buscar a Carlos Ducuara, a su señora, Zenaida Díaz; al padre de ella, Luis Antonio Díaz; a un amigo de la familia y, sobre todo, a Yaison.

Pegaron carteles en todos los pueblos entre Villavicencio (donde viven) y Puerto López. Y dos meses después un familiar de la señora, Walter Díaz, fue asesinado, cuando viajó al Llano a averiguar.

Después de la audiencia en la que 'el Colorado' admitió haber ordenado la muerte de los cuatro adultos -dijo que los confundieron con secuestradores-, los fiscales empezaron a buscar a dos de las Auc que, según el jefe 'para', recibieron orden de entregar el niño a alguna autoridad.

Estaban muertos. Pero el CTI cruzó datos e identificó a una familiar de uno de los 'paras' y finalmente la convenció para que hablara. Ella contó que el menor fue entregado al pastor de una iglesia cristiana y que finalmente lo acogió una familia de la congregación que vivía en Bogotá.

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