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  • Última actualización 2024-03-27 23:33:12

Se fue Pate’ mula

A la edad de 77 años, una neumonía le ganó ayer el partido de la vida a Lorenzo “Pate’ mula” Calonga, uno de los pocos futbolistas que aún subsistía de la llamada “Época Dorada” del fútbol profesional colombiano. Este paraguayo nacionalizado y casado con una vallecaucana, vivió sus últimos 23 años en Arauca. Había llegado al país a finales de la década de los 40, cuando una invasión de futbolistas suramericanos revolucionó el balompié nacional. Jugando como delantero en una ocasión pateó con tanta potencia que sacó el balón del estadio, ante lo cual el también fallecido narrador Carlos Arturo Rueda lo bautizó con el remoquete de Pate’ mula. Calonga Arce, era hincha de la selección Colombia y en más de una ocasión se le vio luciendo la casaca nacional. Incluso una foto suya con esta prenda reposaba ayer al lado de una cruz y un arreglo floral, en la sala de su casa, como muestra de su amor por el fútbol y el país. El último equipo donde militó en su país fue el Guaraní de Asunción. Cuando llegó a Colombia jugó con el deportivo Pereira, durante dos años, y luego con el Independiente Medellín, dónde se coronó campeón en 1955 y 1957. Permaneció cinco años por fuera del país jugando con El León de México. A su regresó debió desempeñarse como entrenador, debido a un problema visual ocasionado por los golpes que recibió en la cabeza. Estuvo por espacio de 15 años en Villavicencio como instructor de fútbol del desaparecido Coldeportes, que luego lo trajo a Arauca a la edad de 54 años, para impartir instrucción a jóvenes aficionados. Calonga construyó una modesta vivienda en el sector donde hoy queda la más completa infraestructura deportiva de Arauca y desde donde se refrescaba en las tardes cuando llegaban los niños a entrenar. Le donaron unos terrenos para que iniciará sus prácticas y promoviera la construcción de algunos escenarios. Italo Granados, uno de los mejores futbolistas de Arauca, fue uno de los tantos alumnos de Calonga, que hoy a sus 42 años lo recuerda con lagrimas en los ojos. Lo que yo sé se lo debo a mi profe y hoy en día tengo una escuela de formación deportiva donde imparto a cientos de niños los conocimientos que él me dejo, la escuela lleva el nombre de `Los Calonguitas´ Calonga quien acababa de cumplir sus 77 años, había enviudado el año pasado. Mi papá era un hombre estricto, sincero y correcto en su proceder, por eso dejó a un lado proyectos donde no existían compromisos, dijo Ángela, su única hija, quien agrega que será muy difícil acostumbrarse a vivir sin él. A mi abuelo no lo despidieron como el se merecía porque en los escenarios se vivía la fiesta futbolera, mientras nosotros le dábamos el último adiós. Lo íbamos a sepultar con la camiseta de la selección, pero mejor le pusimos un pantalón y una camisa manga larga, prendas que poco usaba, porque era mejor que no se fuera tan colorido para el cielo, manifestó Alexandra una de sus dos nietas.
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