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  • Última actualización 2024-04-21 18:02:40
Los abuelos certificados en tics en Arauca.
Arauca

Los Ciberabuelos: Cuando los loros viejos sí aprenden a hablar

Don Ricaurte Quiroz trabajó buena parte de su vida en la panadería Santa Helena. Lo único que le importaba era hornear pan y que su sazón hiciera a su negocio lo que la levadura hace a la masa: crecer.

Vio la llegada de los computadores, y el interés de su hija en ellos. Pero ni por enterado se dio. Si acaso, los movía de un lugar a otro cuando limpiaba la estancia, nada más. No tenía ni la más remota idea de cómo funcionaban esos artilugios.

Con el pasar del tiempo, don Ricaurte cerró la panadería y se vio de brazos cruzados, pensando qué hacer con su vida, ahora que el pan ya no era lo suyo. Los años habían llegado con la vejez y no quería sentirse como un mueble más de la casa.

Algo similar estaba pasando por la mente de doña Rubiela Narváez. Ella sacó adelante a los tres hijos que tuvo hasta hacer de ellos unos profesionales, pero se sentía insatisfecha. Quería hacer cosas diferentes, cosas para ella misma.

Pensando en qué hacer vio en la televisión a una mujer de su edad que aprendió a usar un computador. Contaba con tanta alegría su experiencia que fue suficiente motivación para doña Rubiela, quien pensó en ese momento “Si ella pudo hacerlo, yo también puedo”

Don Ricaurte y doña Rubiela se encontraron en el Punto Vive Digital, ubicado en el bloque C del Centro Administrativo Municipal (CAM). Ambos eran beneficiarios del programa del Adulto Mayor del CICAF, y se apuntaron para aprender a utilizar el computador, que para ellos era un completo misterio.

Durante semanas enteras se enfrentaron a sus temores, pero también descubrieron un mundo nuevo. Al fin entendían cómo era que sus hijos navegaban por ese tan mentado mar –que no es mar– llamado “Internet”.

Aprendieron a usar Word, Excel, Power Point. Se dieron cuenta de la cantidad de información que se puede encontrar en la Red. Hicieron amigos, compinches para las bromas, como si fueran niños, y adoptaron como hijo suyo a Samir, su instructor.

Esos días les parecieron tan divertidos como lo fueron años mozos. Pero igual que en el siglo pasado, les dejaron cosas positivas. Lo más importante: supieron que nunca es tarde para aprender.

“Fue maravilloso. Nunca le había puesto la mano a un computador. Tantas cosas aprendí de diferentes lugares del mundo que hasta conseguí distribuidores”, dijo don Ricaurte al momento de su graduación.

Y agregó: “a los demás abuelos les digo que pierdan el miedo, busquen cómo salir adelante porque si no, se quedan por fuera, como la guayabera. Todos tenemos derecho de aprender así sea a última hora”.

“Yo le tenía pavor a ese aparato. Pensaba que podía dañarlo y perjudicar así a mis hijos. Por eso nunca quise que me enseñaran. Pero luego cambié de opinión con la experiencia de esa mujer y aquí estoy. Feliz”, concluye doña Rubiela.

Así es como se preocupa la Alcaldía de Arauca por los araucanos sin importar su edad, con iniciativas como la del Punto Vive Digital, que de lunes a sábado, en horario de oficina, brindan cursos gratis de Gobierno En Línea, Alfabetización Digital y Herramientas de Ofimática, con instructores del SENA y la Escuela Normal Superior María Inmaculada.

Es evidente que la Administración Municipal le cambia la vida a la gente de bien, como don Ricaurte y doña Rubiela, quienes junto a sus nuevos amigos son un conmovedor ejemplo de que los loros viejos sí aprenden a hablar.

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Rubiela Narvaez

Ricaute Quiroz

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